La UACh apuesta por herramientas tridimensionales para fortalecer el aprendizaje práctico y la prevención de riesgos sanitarios en la comunidad.
La educación en salud pública enfrenta el desafío de modernizar sus métodos para garantizar un aprendizaje efectivo y duradero en temas como la prevención de enfermedades transmitidas por alimentos (ETAs). Actualmente, muchas capacitaciones emplean métodos tradicionales que no aseguran una retención adecuada del conocimiento.
Para abordar esta problemática, el proyecto “Uso de modelos 3D en la enseñanza de la salud pública: del aula a la industria” propone el uso de tecnologías interactivas como modelos tridimensionales y aplicaciones de realidad extendida. Liderado por el docente Mg. Marco Barra, académico de la Escuela de Tecnología Médica de la Sede Puerto Montt de la Universidad Austral de Chile (UACh), esta iniciativa tiene como objetivo capacitar a manipuladores de alimentos y estudiantes de enfermería en Puerto Montt mediante metodologías innovadoras.
Esta iniciativa, que contó con el apoyo de la VIDCA, fue financiado a través del proyecto institucional «Fortalecimiento, integración y proyección de capacidades institucionales para la Innovación basada en I+D en la Universidad Austral de Chile» (código 52-INES), destacándose como una apuesta clave para integrar tecnología avanzada en la educación.
El proyecto introduce un modelo 3D manipulable y desarmable de una mosca doméstica, un insecto que puede transportar microorganismos, peligrosos para la salud humana, a través de su cuerpo. Este recurso permite comprender, de manera visual y práctica, cómo se propagan las enfermedades a través de alimentos contaminados.
Con el propósito de verificar la eficacia de esta metodología, se considera una evaluación previa y posterior a una sesión de capacitación con dicho modelo, para ello se consideró como participantes a manipuladoras de alimentos de la empresa “Alimentos Express”, que presta servicios en los casinos de la UACh, y estudiantes de segundo año de la carrera de Enfermería de la misma sede. Gracias al uso del modelo 3D, se comprobó que estos grupos lograron interiorizar conceptos clave para mejorar sus prácticas profesionales y prevenir riesgos sanitarios.
Al respecto, Barra menciono “La tecnología 3D tiene un enorme potencial para transformar la educación en salud pública, permitiendo que las personas comprendan de manera tangible temas complejos. Por ejemplo, ¿cuántos conocen el mosquito del dengue y su rol en la transmisión de enfermedades? Probablemente pocos. Sin embargo, si tuviéramos modelos 3D que se puedan utilizar en campañas masivas, lograríamos un aprendizaje más efectivo y resultados significativos en la prevención”
Este enfoque podría tener un impacto significativo en la educación y la industria alimentaria, particularmente en regiones como Los Lagos, donde las industrias acuícola y agropecuaria tienen gran relevancia. A largo plazo, la tecnología podría adaptarse para abordar otros problemas sanitarios y educativos, beneficiando tanto a estudiantes como a trabajadores.