Una vivienda más cálida, menos contaminante y con menor gasto en calefacción no debería ser un privilegio. Esa es la convicción detrás de Mapa Térmico, una innovadora herramienta digital recientemente licenciada para su proyección nacional.
La plataforma fue desarrollada por un equipo multidisciplinario de la Universidad Austral de Chile, liderado por la Dra. Alejandra Schueftan, académica de la Facultad de Arquitectura y Artes, en colaboración con el Instituto Forestal (INFOR). Su enfoque se basa en una lógica simple pero poderosa: brindar información personalizada y comprensible que permita a las personas tomar decisiones más informadas sobre su vivienda.
A través de preguntas simples, Mapa Térmico 2.0 entrega un diagnóstico personalizado sobre el estado energético de una vivienda, estimando cuánto podría ahorrar un al aplicar mejoras como la aislación de muros, el recambio de ventanas o la implementación de sistemas de ventilación eficientes.
“En el sur de Chile, una de las principales barreras para mejorar la eficiencia energética es la falta de información clara y adaptada a las realidades locales. Esta plataforma busca cerrar esa brecha, facilitando la toma de decisiones con datos comprensibles y herramientas concretas”, explica la Dra. Schueftan.
El proyecto fue financiado por el programa FONDEF de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y representa un avance significativo en la vinculación entre ciencia, territorio y bienestar. Su implementación ha demostrado ser intuitiva para los usuarios y ha despertado el interés de comunidades que ven en ella una posibilidad de gestionar mejoras de forma colectiva.
“La plataforma no solo permite reducir el gasto en calefacción, sino también mejorar las condiciones de confort y de salud en los hogares al disminuir la humedad y el frío, contribuyendo directamente a una mejor calidad de vida. Por otra parte, al reducir la demanda energética se reduce la contaminación por excesivo uso de leña, un problema crónico en muchas ciudades del centro y sur del país y que también afecta la salud de las personas”, agrega la investigadora.
Además de su utilidad para familias, Mapa Térmico entrega información estratégica para orientar programas públicos y subsidios, permitiendo visualizar el impacto de cada intervención y priorizar acciones con base en datos reales. En este sentido, Cristian Rojas, ejecutivo de transferencia tecnológica de la UACh, destaca que:
“La licencia de esta herramienta marca un hito en términos de colaboración institucional, su evolución hacia un software más robusto permitirá que municipios, ministerios y actores privados gestionen sus propios proyectos de eficiencia energética. Es una plataforma que reduce la incertidumbre técnica, cuantifica beneficios concretos —como el ahorro económico y la reducción de emisiones— y aborda variables poco exploradas en otras herramientas, como el efecto rebote. Todo esto fortalece la focalización de políticas públicas, mejora las condiciones de habitabilidad y aporta a la transición energética que el país necesita”.
Mapa Térmico es un ejemplo claro de cómo la innovación académica puede traducirse en soluciones reales y aplicadas, reforzando el rol público de las universidades en los desafíos sociales y ambientales del territorio.